Promesa, consumo y responsabilidad.
Una visión critica de la actividad publicitaria comercial en Chile.
12 de julio de 2002
Una visión critica de la actividad publicitaria comercial en Chile.
El conjunto de estrategias, mecanismos y técnicas utilizadas para persuadir de adquirir algún producto o servicio se denomina publicidad, disciplina en la que confluyen variadas fuentes de conocimiento como la psicología, comunicación social, estadística, óptica y economía.
Sin embargo, dentro de esta compleja concatenación de saberes y acciones, existe un responsable claramente identificable, el anunciante.
Debido a la necesidad de posicionamiento de imagen de marca, el anunciante utiliza todos los medios que a su disposición tiene la industria publicitaria, con dos objetivos definidos:
·Lograr un aumento de participación en el mercado.
·Frenar la caída de participación en el mismo.
Es así, que el anunciante asocia los mejores y exacerbados atributos del producto, con todo tipo de estímulos primarios o secundarios, tales como protuberantes figuras femeninas o masculinas, confort material, fortaleza física, sofisticados placeres y rebaja de precios.
Como una necesidad de hacer perdurar el interés generado, el anunciante ofrece el acceso a los placeres prometidos por la publicidad a un pequeño grupo de consumidores, con lo cual se mantiene vivo el deseo al interior del imaginario colectivo. Sin embargo, esto no ocurre de manera tan regular como se promete.
El escenario descrito es, desgraciadamente, una realidad que vulnera el espíritu de la Ley de Protección de los Consumidores y transgrede la esencia del contrato social implícito en todo acto de consumo, debido a que el anunciante, de manera explícita o implícita, omite o tuerce los significados de las proposiciones emitidas, con el propósito de lograr dirigir el impulso al consumo hacia su producto, mas no de cumplir con la promesa publicitaria. Esta situación convierte al consumidor sólo en un objeto de persuasión.
Debido a la expansión progresiva y desvirtuante de este fenómeno, el desprestigio de la actividad publicitaria impactará negativamente la imagen de las marcas que utilicen estrategias engañosas, a menos que contemos con ciudadanos conscientes de sus derechos, empresas que se hagan responsables de sus dichos y un SERNAC en constante mejoramiento de sus estrategias dirigidas a informar, educar y proteger a los consumidores.