CONSUMIDORES NO SE JUBILAN

Una de esas áreas es el consumo, en donde hoy los adultos mayores tienen mayores derechos, pueden organizarse y exigir un trato digno, sin discriminación de ningún tipo. El punto está, entonces, en que este grupo de chilenos y chilenas conozcan esos derechos y los ejerzan; al tiempo que los proveedores comiencen a dar respuesta a la creciente demanda por productos y servicios destinados exclusivamente a satisfacer las demandas de los adultos mayores.

Menospreciados

Sobre ese punto, una reciente encuesta de mercado de la empresa Time Reserch revela que 1.-Los adultos mayores, al ir de compras, no encuentran en el mercado lo que buscan y 2.- Se sienten menospreciados por el comercio.

Al respecto un simple ejemplo: en vestuario, son muchas las señoras que señalan que la ropa para su edad, "es de pésimo gusto". Por tanto, en situaciones aparentemente sencillas es necesario también renovar la mirada frente a la oferta de productos y servicios dirigidos a satisfacer las necesidades de los adultos mayores.

Asociaciones de Consumidores

Una de las formas en que los adultos mayores pueden organizarse para ejercer sus derechos es formando Asociaciones de Consumidores ¡Cuánto podríamos aprender de ellos, de su experiencia! Y eso es claramente posible si consideramos que las reformas a la Ley del Consumidor facilitan dicha organización. Hoy basta con un mínimo de 25 personas naturales o cuatro jurídicas para formar una. Ahora el trámite de constitución de estas agrupaciones es relativamente corto y de menor costo. La idea es que a través de estas agrupaciones los adultos mayores se informen, conozcan y ejerzan en forma responsable y organizada sus derechos como consumidores y, como diría más de alguna abuelita, eviten que les pasen "gato por liebre".

Letra Chica

Este es un tema fundamental para los adultos mayores. Desde el 14 de julio de este año, la letra de todos los contratos de adhesión que se firmen en el país, deben tener un tamaño mínimo de 2,5 milímetros. Con esto se puso fin a la controvertida "letra chica en los contratos". Asimismo, se mantiene la normativa que impide redactar los contratos en otro idioma que no sea castellano y mantener un adecuado contraste entre la forma y fondo del documento. Todo ello con el fin de que éste resulte fácilmente legible para las partes involucradas. Las cláusulas del contrato que no respeten esta norma, quedarán sin efecto, efectivamente.

Con esta buena noticia esperamos que muchos adultos mayores dejen de "usar lupa" poder leer los contratos.