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Los riesgos de llegar y llevar

El caso de don Miguel Morelli:

09 de julio de 2002

El caso de don Miguel Morelli:

Miguel Morelli fue de compras a La Polar, necesitaba varias cosas y las adquirió sin problemas. Al ir saliendo de la tienda se acercó a él un vendedor de la empresa proveedora de cable "Metrópolis Intercom", quien le ofreció un plan cuyas cuotas serían cargadas a la cuenta que mantenía en La Polar, gracias a un convenio entre ambas empresas. Este plan consistía en un contrato de 12 meses con el primer mes gratis, lo que lo hacía muy atractivo para don Miguel. "El contrato me resultaba mucho más barato que si yo iba a Metrópolis, por eso lo firmé. Al cumplir un mes, me llegó la cuenta de la Polar donde no figuraba el cobro de Metrópolis. En ese mismo mes, me llegó separadamente una boleta de la empresa de cable, ya que debía cancelar por adelantado el segundo mes. Ambas cuentas las pagué en las empresas correspondientes. Al mes siguiente sucedió lo mismo, ambas cuentas me llegaron y las pagué por separado. Al tercer mes, llegó la cuenta de La Polar que incluía el cobro de Metrópolis, pero además figuraba como impaga la cuenta del cable del mes anterior. Entonces fui a la tienda y la señorita que me atendió me dijo que era muy fácil, bastaba con mostrar la boleta cancelada del cable y procederían a descontar el monto correspondiente. Pero, al mes siguiente, en la cuenta de La Polar, las cuotas del cable figuraban nuevamente impagas". El señor Morelli fue otra vez a La Polar y conversó con un ejecutivo, el que reconoció el error administrativo cometido al enviarle los cobros por separado en los dos primeros meses. Para aclarar la situación, el ejecutivo le señaló que volviera en dos semanas, ya que en esa fecha el problema estaría solucionado y podría pagar ambas cuentas conjuntamente como debió ocurrir siempre. Sólo una semana transcurrió desde esta conversación cuando llegó a la casa de don Miguel una carta de la empresa de cobranzas Collect S.A., en la cual le informaban su registro en Dicom. A pesar del temor por esta notificación, esperó hasta la fecha señalada por el ejecutivo para concurrir nuevamente a La Polar, con la confianza que en ese entonces estaría solucionado el problema, lo que no ocurrió. Los hechos agotaban la paciencia de don Miguel, por lo que solicitó conversar directamente con el gerente de la tienda. En su presencia, el gerente dio órdenes para solucionar en lo inmediato el problema y le prometió que la aclaración de la deuda no implicaría ni gastos ni gestiones para él porque todo había sido generado por un error de la propia empresa. Transcurridos 15 días, llegó la correspondiente cuenta de La Polar. Cual fuera la ingrata sorpresa de don Miguel al corroborar que otra vez las cuotas del cable ya pagadas aparecían como morosas. Al acudir al ejecutivo de La Polar, en un cambio sorprendente de versión, éste le señaló que el enredo era culpa suya y que debía cancelar todos los intereses, multas y el trámite para que lo borraran del informe comercial. El señor Morelli decidió exponer su caso a SERNAC. Después de la mediación de esta institución y sólo después de 10 días de presentado el reclamo, La Polar aclaró la situación y procedió con las gestiones para limpiar los antecedentes comerciales de don Miguel y borrarlo del boletín comercial. En un comienzo, don Miguel pensó que el contratar el cable a través de la tienda le saldría más barato y se ahorraría un trámite en otro lugar. Al final de la historia, lo único que se ahorró fueron las gracias a la empresa que le hizo malgastar mucho tiempo por no reconocer un error administrativo.

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