Exposición al Sol y Filtros Solares (noviembre 2003)
Conozca los resultados del estudio sobre la oferta del mercado
de fotoprotectores, según sondeo del pasado mes de enero 2003 en la
ciudad de Santiago.
En la entrega de sus principales conclusiones se diferencia: la
efectividad estimable del produc
25 de noviembre de 2003
Conozca los resultados del estudio sobre la oferta del mercado de fotoprotectores, según sondeo del pasado mes de enero 2003 en la ciudad de Santiago. En la entrega de sus principales conclusiones se diferencia: la efectividad estimable del produc
Resumen EjecutivoUn importante número de personas utiliza las más diversas prácticas para lograr una piel bronceada, sin tener conciencia de que ello puede acarrear graves consecuencias para la salud de su piel, según lo confirman organismos como la Organización Mundial de la Salud y otras entidades internacionales. Como consecuencia de ello, las asociaciones médicas dermatológicas y los organismos encargados de velar por la salud y seguridad de las personas en los distintos países han reaccionado casi sin excepción -aunque con diferente celeridad- para promover un cambio urgente en las conductas inherentes a tales prácticas, entre las cuales figura el uso de fotoprotectores o filtros solares, productos erradamente conocidos como "bronceadores".El mercado de fotoprotectores es pródigo en marcas, tipos, presentaciones y precios; sin embargo, la adecuada elección pasa, tanto por el conocimiento y compresión de los riesgos inherentes a la exposición de la piel a las radiaciones solares, como por la adopción de los resguardos necesarios, que conjugadamente hacen posible disminuir los efectos nocivos, entre los cuales se cuentan las quemaduras, el cáncer cutáneo y el envejecimiento prematuro de la piel. El presente informe revisa información disponible sobre la materia y oferta de mercado de fotoprotectores, según una encuesta realizada en enero 2003 por el Departamento de Estudios del SERNAC, en la ciudad de Santiago. Conclusiones del Estudio Las principales conclusiones del presente estudio son las siguientes: 1. Efectividad del producto: El efecto protector de las cremas solares no sólo depende de la calidad de las mismas sino de su correcta aplicación. Para el cuerpo de un adulto la cantidad adecuada de protector solar está entre 30 y 40 gramos para conseguir el efecto especificado por el SPF[1]. El protector solar debe ser aplicado unos 45 minutos antes de tomar el sol y reaplicado después de cada baño. Si los protectores solares se aplican apropiadamente son capaces de prevenir quemaduras, envejecimiento prematuro de la piel y cáncer. Con el uso de un SPF de 33, alrededor del 97% de los rayos que causan eritema han sido eliminados, por ello, valores por sobre 40 brindarían un escaso beneficio adicional. En los últimos años ha existido intentos por desarrollar métodos sustentables para medir la amplitud con que los productos proveen protección contra las radiaciones UVA. No obstante, parece faltar aún más tiempo antes de que esté disponible un método universalmente válido y un sistema estandarizado de clasificación. Cada filtro tiene características de absorción específicas y dentro de un amplio rango de longitud de onda, los agentes de protección solar pueden diferir significativamente en términos de su estructura química. Un fotoprotector de buena calidad debe garantizar una acción duradera por fijación en la capa córnea, ser resistente al agua y al sudor y no ser tóxico ni originar alergias. 2. Salud y seguridad:Hay abrumadoras evidencias que apoyan el hecho de que la piel resulta dañada, de distintas formas, por exposición directa a la radiación UV[2], natural o artificial. Los efectos de la radiación ultravioleta (UVR)[3] pueden dividirse, en general, en dos tipos: agudos y crónicos. Los agudos incluyen el eritema[4] solar. Los crónicos, entre otros, al desarrollo de ciertas formas de cáncer. Los riesgos a largo plazo de la exposición solar sin protección, se basan en la acción acumulativa de esta radiación sobre la piel. Es decir, si la persona ha tomado el sol indiscriminadamente durante sus años de juventud, tendrá un alto riesgo de cáncer cutáneo aunque a partir de la edad madura haya tenido más cuidado. Toda la población debe conocer los efectos nocivos del bronceado inconsciente y debe, sobre todo, usar instalaciones de bronceado artificial reguladas y controladas, en las que debe advertirse a los usuarios sobre el riesgo de la radiación UV. Los niños menores de 6 meses nunca deben ser directamente expuestos al sol, por cuanto a esa edad los mecanismos naturales de protección en la piel aún no están desarrollados. Factores como la raza, el sexo y otros de carácter transitorio, como el consumo de algunos medicamentos, son determinantes en la sensibilidad a la luz ultravioleta. Atendido a que no existen medidas similares para establecer el factor de protección, es esencial elegir uno de "amplio espectro" ("broad-spectrum") que asegure tanto la protección de las radiaciones UVB[5] como UVA. 3. Conducta deseable frente a la exposición al sol:Los cambios que produce la radiación ultravioleta pueden evitarse o prevenirse de la siguiente manera: 1. usando ropas apropiadas 2. con la aplicación adecuada de filtros físicos y/o químicos 3. modificando la conducta habitual 4. evitando el uso de medicamentos fotosensibilizantes Durante las primeras exposiciones se recomienda un protector con un SPF (Factor de Protección Solar) de 15, y como mínimo de 20 para niños. Especial cuidado precisan los bebés. El SPF que aparece en los protectores solares indica cuánto tiempo puede una persona estar al sol sin quemarse en comparación con el tiempo normal de exposición. Es decir, si normalmente una persona puede estar al sol 30 minutos sin quemarse y usa un protector solar con SPF 8, podrá estar 8 veces más al sol sin quemarse, o sea 240 minutos (4 horas). Es importante tener en cuenta que no por ponerse más crema en sucesivas aplicaciones se consigue más tiempo de protección, ya que la única forma de conseguir tal objetivo es aplicando un protector solar con mayor SPF. Es deseable que las personas antes de comprar una pantalla solar revisen las etiquetas a fin de verificar que los ingredientes rotulados otorguen protección contra las radiaciones UVA y UVB. Para el cuerpo de un adulto la cantidad adecuada de protector solar está entre 30 y 40 gramos para conseguir el efecto especificado por el SPF. El protector solar debe ser aplicado unos 45 minutos antes de tomar el sol y reaplicado después de cada baño. Si los protectores solares se aplican apropiadamente son capaces de prevenir quemaduras, envejecimiento prematuro de la piel y cáncer. La eficiencia de un fotoprotector solar está directamente relacionada con su correcta utilización. Por ello, el usuario debe leer atentamente las instrucciones rotuladas en el envase, respecto de los tiempos recomendados para reaplicar, y tener en cuenta factores tales como la sudoración o el contacto de la piel con cualquier superficie que pudiera removerlo. 4. Oferta de filtros solares en el mercado de Santiago. En enero de 2003, el Departamento de Estudios de SERNAC efectuó un sondeo para conocer la oferta de estos productos en el mercado de la ciudad de Santiago, dicha información permite señalar que las pantallas solares con mayor presencia fueron 172, distribuidas en un total de 13 marcas. El cuadro resumen que se adjunta ordenada la oferta en base al factor de protección rotulado. [1] Ver Glosario, página 35 del informe. [2] Ver Glosario, página 35 del informe. [3] Ver Glosario, página 35 del informe. [4] Eritema se define por el diccionario de la real academia de la Lengua Española, como "inflamación superficial de la piel, caracterizada por manchas rojas". Un eritema solar, se agrega, es "el producido en la piel por haber estado expuesto al sol" [5] Ver Glosario, Informe completo. |
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