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Tercera Edad: Recomendaciones para una alimentación saludable (diciembre de 2004)

Un estado nutricional alterado constituye un factor de riesgo, que se asocia a numerosas enfermedades crónicas y deteriora el pronóstico en patologías agudas.

13 de diciembre de 2004

Un estado nutricional alterado constituye un factor de riesgo, que se asocia a numerosas enfermedades crónicas y deteriora el pronóstico en patologías agudas.

Resumen Ejecutivo

El aumento de la esperanza de vida en la población, es un resultado exitoso para la humanidad. El avance en la tecnología preventiva y curativa de muchas enfermedades, aunado a la baja exposición de condiciones riesgosas, aumenta la expectativa de llegar a la tercera edad en adecuadas condiciones de salud y así, vivir una vejez apropiada.

Sin embargo, este resultado biológico puede verse opacado si la calidad de vida de las personas de estas personas no cumple con ciertos principios mínimos.

Basada en esta preocupación, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó en 1991 una resolución que describe los Principios de las Naciones Unidas en Favor de las Personas de Edad, para que los países afiliados los incorporen o adapten a sus programas nacionales de salud.[1]

En el documento: "Para dar más vida a los años que se han agregado a la vida", la ONU recomienda que las personas de edad cuenten con suficiente independencia sobre cómo y dónde vivir; participen activamente en la sociedad; puedan recibir los cuidados y la protección de sus familias y la comunidad; tengan acceso a recursos educativos, culturales y recreativos que les permitan su autorrealización y así poder enfrentar con dignidad los últimos años de vida.

Los avances de las Ciencias de la Salud, incluidos los de la nutrición humana, han permitido prolongar nuestra esperanza de vida considerablemente[2]. Así, ésta se sitúa por encima de los 70 años en países de alto nivel de bienestar.

Paralelamente, el concepto de calidad de vida ha adquirido protagonismo en la tercera edad, es así como este grupo no se conforman con una larga existencia: también desean llegar a viejo en el mejor estado físico y mental. Una alimentación adecuada es el primer paso, enmarcada en un estilo de vida saludable, que comprende la práctica regular de ejercicios, según la condición física individual, y el abandono de hábitos perjudiciales (tabaco, alcohol, auto medicación), sin olvidar la importancia de mantener la mente ocupada en actividades lúdico-recreativas.

En Chile, el crecimiento de este segmento de la población es también una realidad.[3] Las expectativas de vida alcanzaban a 60,6 años, para el quinquenio 1965-1970 y a 75,2 años, para el quinquenio 1995-2000. La esperanza de vida al nacer, para los hombres, en el quinquenio 1995-2000, es de 72,3 años y 78,3 años para las mujeres.

De acuerdo con esta realidad, será necesario implementar alternativas que faciliten la vida de los ancianos y de quienes los rodean, de modo de atender los problemas que se les presenten, producto del natural desgaste del organismo y la consecuente aparición de enfermedades propias del adulto mayor.

Un estado nutricional alterado constituye un factor de riesgo, que se asocia a numerosas enfermedades crónicas y deteriora el pronóstico en patologías agudas. En los senescentes existe una relación recíproca entre nutrición y enfermedad; así por ejemplo se enferman más los ancianos desnutridos y se desnutren más los ancianos enfermos.

Existen elementos relacionados con el envejecimiento que se asocian con una malnutrición y preferentemente con una desnutrición. Entre ellos se destaca la mayor labilidad emocional en los viejos, así como también la ingesta exagerada.

También se encuentra disminuida la sensación del gusto y del olfato, por lo que existe menor posibilidad de diferenciar sabores. Las papilas gustativas más afectadas son las de la parte anterior de la lengua, encargadas de diferenciar gustos dulces y salados.

Por otra parte, los adultos mayores presentan una menor acidez gástrica, un retardo en el vaciamiento intestinal y una movilidad intestinal disminuida, además de las interferencias propias de la ingesta de diversos medicamentos a la vez.

La boca, como cavidad compleja donde se inicia la nutrición, sufre múltiples modificaciones, además de las mencionadas en la lengua; se produce la pérdida progresiva de piezas dentales y en caso de que la persona acceda a una prótesis, ella no siempre se ajusta a la cavidad, provocando importantes molestias. Muchos pacientes se las retiran precisamente al momento de alimentarse.

Para el adulto mayor, la menor sensación en el gusto y olfato reduce las posibilidades de disfrutar de la comida, favoreciendo la menor ingesta de alimentos.

En la etapa de adultez, la nutrición es muy importante para la salud física y emocional. Por ello la dieta para los adultos mayores debe ser equilibrada, variada y gastronómicamente aceptable. La comida debe ser fácil de preparar, estimulante del apetito y bien presentada, apetecible y de fácil masticación y digestión.

Por otra parte, más de la mitad de las personas mayores de 60 años que se controlan en consultorios del sistema público de salud, tienen problemas de sobrepeso u obesidad. Así se desprende de un diagnóstico hecho por el Ministerio de Salud que construyó el mapa nutricional de adulto mayor.

"De acuerdo con el análisis de las más de 337 mil personas incluidas en el catastro, un 62,9% corresponde a mujeres, de las cuales un 57,9% está catalogada como con sobrepeso u obesidad. Mientras que los hombres representan el 37,1% del total. De ellos, un 50% también tienen problemas con su peso. El análisis muestra que la Región Metropolitana, junto con la Quinta y la Octava, son las que presentan las mayores proporciones de adultos mayores con problemas en su estado nutricional. Si bien la preocupación por la obesidad en la población chilena no es un tema nuevo, sí lo es en el adulto mayor debido a la cantidad de enfermedades que se asocian a esta condición: diabetes, hipertensión, problemas cardiovasculares, entre otros."[4]

En el Cuadro I, se mencionan algunas recomendaciones de consumo básicas para este segmento de población:

Cuadro I

Alimentación del adulto mayor. Recomendaciones de consumo.

Aspectos de la alimentación Recomendaciones de consumo
Carnes - Reemplace las carnes rojas por legumbres, carne vegetal, huevos, jurel, atún o salmón en conserva. - Al comprar carne, elija la que tiene menos grasa. No compre huesos porque no alimentan.
Huevos Consuma 1 a 2 huevos en la semana.
Fibra Aumente el consumo de alimentos ricos en fibra, como legumbres, frutas y verduras crudas, pan y cereales integrales. La fibra de los alimentos ayuda a bajar el colesterol y mejora la digestión.
Agua Beba agua en los intervalos de las comidas, 6 a 8 vasos en el día.
Sal Lave los alimentos que contienen mayor cantidad de sal como: aceitunas, atún en conserva, etc.
Te y café Disminuya el consumo de té y café, porque alteran el sueño y son diuréticos, es decir contribuyen a la deshidratación, en especial cuando se toma poco líquido.
Alcohol Si toma bebidas alcohólicas, disminuya su consumo a no más de una copa de vino tinto al día. El alcohol modifica el efecto de los medicamentos, aumenta el riesgo de accidentes, caídas y fracturas y eleva la presión sanguínea.
Hábitos - Coma lento, mastique bien. - Si tiene problemas para masticar, coma la carne molida y las verduras y frutas ralladas o cocidas. - Coma en lo posible 4 comidas al día.

Fuente: SERNAC, Departamento de Estudios, 2004.


[1] Principio de las Naciones Unidas a favor de las personas de edad. Resolución 46/91. 74ª sesión plenaria 16 de diciembre de1991.

[2] Revista.consumer.es/web/es.

[3] FAO. Perfiles Nutricionales por países-Chile octubre 2001, FAO Roma.

[4] Ministerio de Salud, sitio http://www.minsal.cl/

Links Relacionados:http://www.inp.cl/inicio/servicios_sociales.phphttp://www.minsal.clhttp://www.revista.consumer.eshttp://www.nestlenutricion.cl

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