El consumidor final

En la Décima Región el consumo de leña varía según la ubicación del hogar. Así por ejemplo, Alfredo Pérez, residente en Puerto Montt, calcula que mensualmente utiliza 30 varas mensuales (la vara e

Tránsito García de Bohle, en cambio, requiere de hasta 100 varas al mes, ya que la leña es el único combustible que utiliza en su residencia ubicada en las montañas de Hualaihué (carretera Austral).

Considerando que un árbol con diámetro levemente inferior a un metro y un tronco libre de 7 metros, puede producir aproximadamente 50 varas, en el mejor de los casos entre ambos consumen 30 árboles al año, lo que multiplicado por cada uno de los residentes de esta región, da un promedio que preocupa.

De allí que CONAF ha intensificado sus esfuerzos para controlar el manejo ilegal, exigiendo que se formalicen los planes respectivos. Por eso, para el ingeniero forestal Rene Reyes, Director del Proyecto, el rol del Estado como fiscalizador es tan importante como el de los consumidores, quienes - insiste- deben actuar en forma informada, consciente y responsable. Considera un logro, por ende, que ya sean varios los santiaguinos que los han llamado para conocer dónde se vende leña certificada.

Sólo falta generar una mayor oferta, es decir, integrar a mayor número de comerciantes en una tarea que hace rato dejó de ser una preocupación zonal para transformarse en un tema de relevancia nacional.