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Ojo con las dietas milagrosas

Cada vez son más numerosas las personas que siguen una dieta para adelgazar, buscando tener resultados espectaculares en poco tiempo y sin esfuerzo. Aunque los medios de comunicación informan con frecuencia de casos dramáticos a […]

08 de abril de 2005

Cada vez son más numerosas las personas que siguen una dieta para adelgazar, buscando tener resultados espectaculares en poco tiempo y sin esfuerzo.

Aunque los medios de comunicación informan con frecuencia de casos dramáticos a causa de dietas desequilibradas, el incremento continúa. Uno de los más notables y recientes es el caso de Terry Schiavo, la norteamericana que siguió un tratamiento para adelgazar y quedó en estado vegetativo durante quince años, hasta que fue desconectada -hecho de gran controversia- hasta morir. Todo comenzó con la errada decisión de seguir una dieta inadecuada. Lo que ocurrió después es parte de otro tema, que desafía a toda nuestra civilización. La muerte de Terry debiera servirnos de lección.

El tratamiento saludable de la obesidad se basa en un cambio de vida que incluye cambios en el comportamiento alimentario asociado a la práctica de actividad física regular y, cuando es necesario, a la utilización de fármacos prescritos por un especialista en endocrinología y nutrición. Sólo así es posible conseguir resultados adecuados y reducir los efectos secundarios de la obesidad.

Siempre se trata de consumir tantas calorías como sean necesarias para el desarrollo de las diferentes actividades cotidianas, de allí la importancia de regular el proceso de adquirir y consumir energía. Si se produce un desequilibrio en esta relación, se notará inmediatamente, porque si la ingesta de calorías es mayor que las que las que se consumen, ello derivará en obesidad; al revés, si la ingesta de calorías es menor que las que se consumen, entonces es esperable que se observe el paulatino adelgazamiento del organismo.

Sin embargo, lo anterior no es tan sencillo, porque intervienen diversos sistemas orgánicos y diversas circunstancias que pueden alterar este equilibrio, de allí lo importante que es considerar la consulta de un especialista.

En todo caso, por ningún motivo se debe hacer caso a las recomendaciones de aquellos que -con buenas intenciones- "comparten sus conocimientos" en estas materias, porque todos los organismos son distintos y viven circunstancias diferentes. No en vano los especialistas toman su tiempo antes de prescribir un tratamiento apropiado a las necesidades de cada paciente. Ponga mucha atención y ¡tome nota!

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